Me preguntaban por mi obsesión con la bicicleta y —en sincera respuesta— decidí sencillamente desahogarme con toda mi tripita y media a través de este libro. La portada es una instantánea del Maestro Fotógrafo Antonio Alcalá, y la figura en realidad no tiene nombre. Con el argumento de “a buen entendedor, pocas palabras”, decidí llamarle a la foto y para la libre interpretación de este libro: “moderno camino a su trabajo”. Invito a toda persona con el interés y el tiempo, a que por favor hagan uso amplio de este escrito, y apoyemos la generación de más y mejores contenidos creativos de alta calidad a favor de promover la bicicleta en todo el mundo. El gusto está en los detalles, y soy el primero en reconocer que esta publicación dista mucho de ser perfecta (y en lo personal desearía que nunca lo fuera) para tener la oportunidad de seguir investigando, aprendiendo, descubriendo, impulsando nuevos talentos, participando en espacios de diálogo, y hablando aún más de la cicla, su historia, y sus bondades menos conocidas.